Competencias y funciones del formador
El formador debe poseer ciertas competencias que le permitan alcanzar los objetivos de aprendizaje, estas son: competencias técnicas: que engloban conocimientos y formación continua, competencias didácticas: que son aquellas que se orientan a crear espacios de interacción propicios para el aprendizaje, y competencias sociales que fomenten el trabajo colaborativo, donde las habilidades del grupo se fusionen mediante el trabajo en equipo. Todas estas competencias son propias al rol del docente en calidad de guía de la clase y mediador del proceso de enseñanza-aprendizaje.
Las funciones del formador son muy diversas, las agrupamos en cinco, para un mejor abordaje. En primera instancia nos referiremos a la primera:
Diagnóstico de necesidades
Esta función es crucial y decisiva, al inicio de un proceso formativo, es necesario hacer un reconocimiento del terreno a través de un análisis preliminar de la materia a impartir, así como de las características del grupo al que se orienta nuestra formación.
Existen muchos factores a tener en cuenta: aquellos que concierne de manera directa al grupo a formar : trayectoria de aprendizaje, conocimientos previos, necesidades específicas, edad, situación geográfica, y otros factores más generales referentes a la organización social , política y de convivencia entre los diferentes grupos.
Estos elementos deben ser considerados al momento de diseñar una propuesta metodológica , afín de que sea realmente interesante y responda a las necesidades formativas del grupo en cuestión. Sólo en es momento podemos establecer objetivos, actividades y estrategias de una formación de alto nivel.